Tiempo versus. tiempo

Tiempo versus. tiempo
El tiempo corre... yo corro al tiempo...

jueves, 29 de marzo de 2012

CLONES LITERARIOS - Inspirados en las obras de Marc Chagall

“En nuestros días está propagado ignorar la naturaleza. Esa actitud me recuerda a aquellas personas que nunca lo miran a uno a los ojos; me causan temor y debo dejar siempre de mirarlos”.


Marc Chagall

I - El poeta (Las tres y media)

Mi cabeza no estaba en su lugar, se encontraba invertida y medio inclinada. Mi mano izquierda sostenía una taza de porcelana blanca que en su

interior contenía café (un tanto frío y aguachento) y mi dedo índice apuntaba hacia la nada que se ubicaba a mi izquierda.

A un costado, el fantasma del gato de mi niñez observaba cada uno de los movimientos que el lápiz ejecutaba sobre aquella libretita con tapas multicolores que a menudo absorbía (sin alternativa) cada una de mis penas, desencuentros con la vida y la niebla azul y fría que invadía mis sentidos.

Un espacio hueco y fragmentado contenía absolutamente todas las partes que formaban mi integridad corpórea ¡ah! y por cierto, el espacio del que les hablo tenía algún que otro color (predominaba el rojo) y las texturas ubicadas en el costado derecho, no hacían otra cosa que rebotar infinidad de veces contra mi cabeza invertida, logrando que me confundiera aún más.

Si hubiera podido contar la cantidad de veces que pensé en tomar el cuchillo que había sobre la mesa y cortar de una sola vez todas mis dudas existenciales… pero no, el cuchillo con mango de madera, estaba nada más que para cortar por la mitad la naranja que aguardaba sobre la mesa de aquel espacio fragmentado.

¿Les dije que ese día lucía un traje azul? era la primera vez que me compraba uno de ese color, los anteriores: siempre habían sido negros.

Por suerte hoy estoy tranquilo… sentado en mi silla de pana roja, con la taza de porcelana blanca portando un café frío y aguachento, con la cabeza invertida, un espacio fragmentado que me contiene y en el interior de la botella que está a punto de caer se encuentran guardados todos mis secretos.

María Julieta Salusso - 2008


Obra "El Poeta". Marc Chagall


II - El violinista

¿Creen que no me daba cuenta de la manera en que todos me miraban? me tenía sin cuidado, yo solo aspiraba a regalar la música que todas las tardes, a la misma hora, escapaba de mi violín.

Ese día, el sobretodo gris, el pantalón a cuadros, los zapatos negros y el sombrero blanco combinaban a la perfección con mi cara verde.

¿Se habían dado cuenta que yo estaba flotando?... siempre pasaba lo mismo, luego de masticar por unos minutos la música que se escapaba de mi violín sentía que me elevaba.

Atrás, una silueta espectral observaba el panorama y me culpaba por haber pisado el techo de una casa, pero yo no había pisado el techo, solo flotaba a unos centímetros del mismo. Y si la cúpula de la iglesia, se encontraba suspendida a mis espaldas no era mi responsabilidad… después de todo había muchas cosas que flotaban por detrás.

El árbol azul, seguía firme en su postura, pese a la nieve y a la música que se refugiaba entre sus ramas luego de escapar de mi violín.

¡Qué pena! mis amigos se asfixiaron con una corona de flores y no llegaron a tiempo para escuchar las melodías.

María Julieta Salusso - 2008


Obra "El violinista". Marc Chagall


III - El cumpleaños

La banqueta de pana negra está vacía en un rincón de la habitación ¿qué cosas, no? ¡Cuántas veces esperé en vano que se hiciera la hora de que nadie viniera! En fin… cosas que pasan.

¿Alguna vez han podido palpar los pensamientos? Yo sí, se que es difícil de explicar y suena raro, pero yo sí he podido.

Creo que el tapiz que cuelga de la pared de enfrente no combina con el resto del decorado, pero… ¿qué puedo hacer? es el único que tengo, al fin y al cabo no está tan mal.

El espejo me muestra un espacio diferente del real ¿Qué sucede? Nunca me ha pasado antes ¿Será el vapor que viene del baño que empaña el cristal y distorsiona la realidad?... No sería la primera vez que mis ojos ven una realidad diferente.

Y volviendo al tema de la decoración… el piso alfombrado rojo, sí combina con el resto, el cubrecama tiene dibujos en ese color y las agujas del reloj también, al igual que la tonalidad que lucen mis labios.

La distancia y el vacío que se ven desde mi ventana se funden en un punto lejano que se roba el horizonte… ¡menos mal que las cortinas que no están disimulan la soledad que habita en la calle de enfrente!

Hoy, once de marzo, festejo mi natalicio, creo que es el número treinta y tres; pido perdón por no estar segura, pero es una característica que me acompaña desde siempre.

El sabor de tu beso hoy es diferente ¿y sabes que pienso?... el ramo de flores también hace juego con lo que hay en el interior de esta habitación y tu camisa, es exactamente del mismo verde de las hojas de las rosas que tengo entre las manos.

María Julieta Salusso - 2008


Obra "El cumpleaños". Marc Chagall